25 de noviembre de 2010

Corto-le-traje #8 (Un momento)

A veces, en serio, quisiera agarrar todos esos momentos en los que cosas sencillas y tontas me hacen feliz, unirlos a todos en uno y vivir en ese momento perfecto por siempre.

... Lo que hace el tiempo.

22 de noviembre de 2010

La causa de todos los males

Las mujeres "te" somos enrolladas por naturaleza. Vivimos queriendo hacer creer al mundo que somos más liberales que una playa nudista y que rendimos honores a nuestras abuelas quema-sostenes en los 60, cuando en realidad tenemos una pista de audio pre-grabada en el cerebro que, lo queramos o no, nos hace querer ser rescatadas por un príncipe gallardo que nos monte una casa con jardín y persianas azules.

¡Todo un lío!

Otra cosa que tenemos las mujeres es la necesidad incontrolable de echarle la culpa de nuestras desgracias a factores externos. ¡No se imaginan la cantidad de veces que he escuchado/leído que la culpa de que seamos así la tiene Disney, la tiene Jane Austen, la tiene The Notebook, la tiene Oprah...!

No voy a engañar a nadie, yo me la paso culpando al mundo de lo que me pasa.

Sin embargo, hoy en el Metro tuve una revelación -reflexionar en el transporte público es el nuevo negro-.

Como la tecnología nunca ha sido mi aliada, hace casi un mes que uno de los audífonos de mi iPod está dañado, lo que me obliga a escuchar todo lo que sucede a mi alrededor por mi oído derecho. Así fue que hoy, mientras intentaba "des-sintonizarme" de los demás metro-usuarios, su música en los altavoces del celular y sus conversaciones a todo volúmen, me enganché -accidentalmente- en la conversación de un grupo de chamines que tenían pinta de nuevos universitarios.

El grupo estaba compuesto de dos chicas y un varón. El chico no participaba mucho de la conversación, pero ambas muchachas parloteaban a todo volúmen sobre el interés amoroso de una de ellas. La cosa fue más o menos así (imagínenlo mandibuleado y en un tono muy agudo con la ocasional risita... de antemano pido disculpas por el uso excesivo de la palabra "marica")

Chica 1: O sea, marica... Es que no sé, pues... Nosotros nos hemos mensajeado full estos días.
Chica 2: ¡Marica, tiene que estar babeado por ti!
Chica 1: ¡No vale!... ¿Tú dices?
Chica 2: Marica, o sea... Míralo así: un chamo que quiere ser tu amigo no te escribe para desearte buenos días y buenas noches...
Chica 1: ¡Pero es que él tiene novia!
Chica 2: ¿Y eso qué tiene? ¡Es obvio que no es feliz con ella!
Chica 1: *risitas* Ay... ¿Tú crees que sí va pendiente?
Chica 2: ¡Obvioooooo!

Yo no soy pitonisa ni nada, pero me da la "leve" impresión de que Chica 1, después de esta conversación, se bajó del vagón pensando en nombres para sus hijos hipotéticos con el pobre hombre que tomó la TERRIBLE decisión de ser amigable con la "individua".

Después de presenciar esta conversación, caí en cuenta de la fuente de todos nuestros males femeninos: nuestras amigas.

¡Es evidente! Esa niña no necesitaba que la otra le metiera en la cabeza la idea de que su caballero de dorada armadura es esa pobre alma que tiene la cortesía de desearle las buenas noches cuando terminan de hablar. Lo que verdaderamente necesitaba la hormonal amiguita era que su amiga le dijera algo tipo: "Mira, marica... El chamo está con su novia por algo, el que te diga que le caes bien y te trate con cortesía no quiere decir que esté enamorado de ti. Let it go y ve a estudiar!" Pero no, una buena amiga nunca te dice esas cosas.

Si eres mujer y me estás leyendo, ponte a pensar cuántas veces alguna de tus amigas te ha hecho empeparte con un tipo que termina siendo un patán o, en el mejor de los casos, un sujeto que sólo quería ser tu amigo y termina alejándose "sutilmente" por miedo a ser aplastado en el abrazo de boa constrictor en el que empezaste a envolverlo.

Lo peor del caso es que todas lo hemos hecho y siempre es con la mejor intención. Una siempre quiere ver felices a sus amigas y a veces, digamos que por ingenuidad, creemos que les hacemos un favor al incitarlas a que se lancen sin casco ni rodilleras en la carrera de obstáculos que implica "caerle" a un hombre del que no sabemos absolutamente NADA, sólo basándonos en uno o dos mensajes de texto.

Amigas, seamos conscientes, pensemos antes de hablar, no seamos impulsivas y no veamos sólo lo que queremos ver. La única forma de entender una pintura que se nos pone en frente es alejándonos y viéndola completa, luego de verla toda es que podremos decir si nos gusta.

17 de noviembre de 2010

Vivir despeinada

Sé que es posible que alguien más, allá afuera, al igual que yo, acaba de tener flashbacks en los que vieron a Gloria Trevi batiendo su melena porque quiere tener el pelo suelto. Pero no, este post no tiene nada que ver con eso.

Ahora les cuento de qué va esto, tengo que bajar al estacionamiento a recoger mi cédula, porque se me acaba de caer hasta el fondo.

*5 minutos después*

¡Ajá!

Hoy se cumplen 10 días desde que comencé mi campaña "No al Peine 2010". Inicialmente, dejé de peinarme como una especie de "huelga" en contra de la soledad que me manda el universo, luego empecé a repetirme que lo hacía por mí, porque era más cómodo, porque le iba a dar un break del secador y la plancha a mi pelo. La última justificación que me inventé fue que si soy feliz sin peinarme, no lo haré, quien me vaya a querer tendrá que quererme al natural. (yeah right!)

Desde que hice pública mi resolución de fin de año -para el año nuevo todavía no me he inventado nada- todas mis amigas han manifestado su desaprobación. Dicen que me voy a quedar calva, que así no voy a encontrarme a nadie, que no me eche al descuido, que me vería hermosa con el pelo secado y que si seguía así, pronto iba a tener que empezar la "Operación Peluca".

Sin embargo, una de mis amigas se lo tomó con soda y en estos días me envió una cadena que "le recordó a mí". No suelo leer cadenas, pero el hecho de que me la haya mandado personalizada con el "me recordó a ti" me dio curiosidad y la leí.

La cadena -que, si eres mujer, seguro también recibiste en tu Blackberry- explica las bondades de vivir despeinada a cuenta de que "las mejores cosas de la vida te despeinan".

Luego de lo cursi de la primera aproximación, al avanzar en la lectura de la cadenita -¡Oh sí! ¡Era larga!- me iba enganchando un poco con lo que decía.

Según, vivimos en un mundo que está loco, porque "lo rico engorda, lo lindo sale caro y el sol arruga".

Yo digo: lo único "rico" que engorda es la comida, hay otras cosas "ricas" que no necesariamente implican ganar calorías. Hay cosas lindas que no salen caras, ver el cielo es lindo, el mar es lindo, una sonrisa PUEDE ser linda y para eso no se necesita Master Card. Finalmente, el sol no arruga, lo que se arruga eres tú (conclusión obvia).

Hasta esa parte, seguía escéptica. Luego comenzó una enumeración de las cosas buenas de la vida que concluyen con el pelo revuelto e inesperadamente, no me dieron ganas de refutar lo que decía. Sí, evidentemente, eran lugares comunes que bien podrían estar en la secuela de "Comer, Dormir, Defecar". Sin embargo, no me molestaron en lo absoluto, puedo estar de acuerdo con la mayoría de ellos.

Parafrasearé esta parte (porque la redacción de la versión original...)

Hacer el amor, despeina. Reírte a carcajadas, despeina. Correr, despeina. Bañarte en el mar, despeina. Quitarte la ropa, despeina. Un beso apasionado, despeina. Bailar, despeina.

Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que se suba en el primer carrito de la montaña rusa, que la que decida no subirse.

No voy a mentir y decir que no les tengo cierta envidia a esas chicas que están de punta en blanco 24/7. Siempre que las veo me pregunto cómo hacen para que no se les corra el maquillaje, para que no las alcance el frizz, para no ensuciarse el dobladillo de los pantalones y para que no se les partan las uñas. Nunca he sido de esas y creo que nunca lo seré.

Pero siempre he pensado -en mis momentos de serenidad, no más- que las chicas más genuinas no se ven así y que la gente que de verdad vale la pena, reconoce y aprecia esa "autenticidad". Me parece que andar por la vida peinándome con los dedos, usando mis Converse gastados, mis jeans rotos y mis franelas con caricaturas (o que digan "Barbie is a bitch") no me hacen menos femenina ni menos atractiva que esas muñequitas de porcelana.

He decidido que no voy a aparentar ser alguien que no soy, seguiré con mi política de no peinarme a menos que la ocasión lo amerite, porque las ondas naturales de mi pelo son bonitas y porque cuando me vea en el espejo despeinada, voy a sonreír y pensar en que me veré exactamente así después de haber hecho cualquiera de las cosas "despeinantes" que me hagan feliz.

And to the people out there: what you see is what you get, so leave my messy hair alone!


14 de noviembre de 2010

¡Ya estoy cansada!


De hace unos meses para acá -me encanta como uso la expresión "unos meses" para medio tapar que sé exactamente el momento en que se originaron todos mis males- he empezado a sufrir unos terribles y extraños trastornos de sueño. Por las noches, sin importar lo que haga en el día, no duermo bien: doy vueltas en la cama, duermo una hora, me despierto, pienso en cosas que me faltan por hacer, cuentas por pagar, cosas malas que me han hecho, etc, etc. Por las tardes, es lo contrario, llego de la radio total y completamente exhausta, como si me hubiese pasado un camión por encima -hace "unos meses" que esa sensación se volvió parte de mi día a día- me lanzo en mi cama y duermo como una piedra, no es un sueño tranquilo y placentero, sino pesado como el de un enfermo.

He intentado todo para acabar con esta situación, hacer ejercicio, no dormir en las tardes, acostarme temprano, cuanto té de hierbas y valeriana ha inventado el hombre, Tafil... y nada. Mi cuerpo y mi mente se niegan a dejarme descansar.

Mis amigos me dicen que me notan ojerosa, distraída y con una falta evidente de energía ¿Y cómo no se van a dar cuenta si paso la mitad de mi tiempo bostezando?

La peor parte de todo, es que ya no tengo ese insomnio creativo y productivo que tuve al principio. Ahora es sólo un estado de vigilia insoportable todas las noches, intranquilidad, melancolía, stress y ¿por qué no decirlo? pesimismo atemorizante.

Me hallo a mitad de la noche repitiéndome "¡Laura, no pienses en eso!" o "¡Eh, eh, eh! Nada de eso, ten la mente en blanco" y entre auto-regaños, represiones mentales y cachetadas psicológicas se me va la noche. 0 descanso para esta mortal.

La peor parte de todo es que sé que los problemas que no me dejan descansar, no son tan reales ni tan omnipresentes como los pienso, pero aún así, no logro acallarlos.

Sé que debería sacar un par de pelotas y enfrentarme a mi situación, hacer una lista de las cosas que me agobian y buscarles solución una por una ¡Pero no logro hacerlo! No consigo la fuerza de voluntad para decir: "¡Ok, Laura! ¡Deja ya la pajuatada y la moridera! ¡Resuelve! Suck it up like a woman!" Me he acostumbrado tanto a sufrir y lloriquear, que tomar las riendas de mi vida otra vez se me ha vuelto un maratón en subida.

Quiero volver a encontrarme con la chama relajada que era, la que siempre tenía un chiste en la punta de la lengua, la que tenía metas claras, la que se ponía retos y los cumplía, la que dormía en las noches, se levantaba y antes de salir se veía al espejo y se sentía satisfecha... Pero ya no sé dónde más buscarme ¡Estoy cansada!

12 de noviembre de 2010

Corto-le-traje #7 (Sólo en Venezuela)

Día: 12/11/2010
Hora: 4:20 PM (#hola)

Es oficial el brote de Mal de Chagas en Táchira

La gente protesta por el terrible servicio del Metro de Caracas

La policía se lleva a 33 manifestantes presos

Hay corridas de toros mañana en El Hatillo

Periódico Meridiano publica un artículo diciendo que los animalistas son "hipócritas tarifados y cobardes"

Rueda de prensa de la alcaldesa del Hatillo

Ya no hay corridas de toros mañana en El Hatillo

Alcaldesa dice: "Suspendida la corrida de toros pese a ser de orden legal" queriendo decir: "No me equivoqué, pero igual corrijo"

Deciden enjuiciar a un hombre por usar una franela con un mensaje en contra de Chávez (lea aquí)



... Y aquí también las cucarachas vuelan.

10 de noviembre de 2010

Amores de película

El verbo "amar" nunca se debe usar a la ligera. Para mí, el amor está reservado para pocas (poquísimas) cosas sobre la faz de esta Tierra, de hecho, diría que sólo puedo usar el verbo amar en una oración acompañada de alguno de estos dos elementos "cine" y "música".

Últimamente, he notado la proliferación de los "amantes del cine" y ya explicaré porqué uso las comillas deliberadamente para nombrarlos.

Esta nueva generación de cinéfilos está compuesta por un tipo de personas que encuentro, francamente, insoportable. Son de esos que creen que porque saben qué festival de cortometrajes se está haciendo en algún sitio son lo máximo, que sólo viven para escribir en Twitter que vieron la última película del nuevo director adolescente del Festival de Cine Independiente o que sólo van al cine del Trasnocho Cultural porque no se mezclan con la masa come-cotufas.

Ustedes, pequeñas personitas mal-intensas, no tienen mi respeto.

Considero que para verdaderamente AMAR algo, debes conocerlo profundamente. Al igual que a una persona, para amarla debes conocer de donde viene ¿Cómo te consideras amante del cine sin conocer los clásicos? Por eso he visto Citizen Kane, El Acorazado Potemkin y muchas otras películas que han marcado hitos en la historia del cine, porque yo amo el cine.

Para amar a una persona debes conocer sus virtudes ¿Cómo te consideras un amante del cine si no has visto las obras maestras? Por eso he visto A Clockwork Orange, Goodfellas, Taxi Driver, Star Wars (IV, V y VI), Dr. Strangelove, Héroe, Drácula (el de Coppola)... y tantas otras que no conseguiré nombrarlas en un sólo post.

Para amar a una persona también debes conocer sus defectos ¿Cómo te consideras un amante del cine si no te formas tu propio criterio viendo películas MALAS? Por eso me he calado con mucha dignidad películas como Vampires Suck (que definitivamente está en el top 5 de las peores películas que he visto jamás)

En fin, sin querer extenderme mucho -además ya perdí parte de la pasión con la que comencé a escribir porque me distraje- considero que los que verdaderamente amamos el cine somos pocos, quizás incluso menos de lo que nosotros mismos creemos.

No se dejen engañar. El amigo tuyo que usa lentes de pasta, tiene barba de candado, sólo usa camisa de botones y bebe vino tinto, puede que no sea -y seguramente no es- el cinéfilo empedernido e interesante que dice ser.

Amemos todos el cine como a una persona, como un arte, como lo que es y con todo lo que tiene.

7 de noviembre de 2010

Confesiones desde el foso

Hace días que tenía ganas de escribir algo, tenía la necesidad, más no el tema. Me sentaba frente a la computadora, iba a Blogger, Nueva Entrada y nada. Me quedaba viendo el cursor titilar sin escribir una palabra, pero el nudo en mi garganta permanecía.

"¡Necesito escribir algo, Dios mío!" -me gritaba en mi mente, pero no lograba nada. Ni escribir ni entender qué era esa sensación de tener algo atascado entre la mente y el corazón que se negaba a salir.

Pasé mucho tiempo intentando convencerme de que ya estaba bien, de que el tiempo está haciendo su trabajo y que, poco a poco, estaba volviendo a ser la misma Laura de siempre. Falso. Nadie puede mantenerse siendo "el mismo" luego de vivir ciertas experiencias en la vida y yo no soy la excepción.

No me puedo quejar con respecto a mi vida últimamente, he tenido muchísimas satisfacciones: saqué 20 en mi tesis, dos cortos en los que participé fueron proyectados en un conocido local de Caracas, he conocido mucha gente nueva, me han invitado a salir y en líneas generales me he tomado la vida con una actitud bastante positiva.

Siempre he considerado que uno de mis peores defectos es ser inconforme -no quiero decir que la conformidad sea buena tampoco, pero creo que a veces espero demasiado de la vida- y a pesar de todas las bendiciones que recibo día a día, de las pequeñas cositas que me hacen sonreír y de toda la gente que me hace sentir que valgo la pena; no puedo evitar recordar que tengo una herida que, aunque ya no sangra, todavía no cicatriza.

Confieso que en esos momentos que bajo la guardia, me viene a la mente algún recuerdo seguido por el inevitable sentimiento de traición. El mismo que acompaña cualquier desengaño.

No, no lo extraño ni me hace falta. Pero el mal sabor que me dejó toda esta experiencia permanece, unas veces más intenso que otras.

Confieso también que aún se me atragantan las preguntas y las palabras que nunca me atreví a hacerle. Son tantísimos los "¿por qué?" y muchos más los "¿por qué a mí?". Me dije a mí misma que escribiría todo lo que aún quería decirle, sin censurarme, lo guardaría y lo olvidaría; pero ni eso he podido hacer. Temo tener que enfrentarme cara a cara con la desilusión y darme cuenta, una vez más, de que no significaba NADA en su vida. Esa creo que es la peor parte.

A veces también me pongo a pensar en que mi error no fue creerle, sino creerme que era suficiente para llenar sus expectativas cuando nunca lo fui, por la simple razón de que nunca me quiso realmente a mí sino a ella. Este tren de pensamiento inclemente siempre termina con "¿Qué tiene ella que no tenga yo, si ella nunca lo quiso como yo y nunca estuvo para él como lo estuve yo?"... La respuesta aún no la consigo y creo que es mejor así.

Tal como lo predije, estoy de nuevo estancada en mi inconformidad. No aparece nadie que me mueva el piso, nadie que me provoque maripositas en el estómago, nadie que me haga levantarme con una sonrisa en las mañanas. Estoy otra vez buscándome amores imposibles para no enfrentarme con los hombres reales, convenciéndome todos los días de que el que quiero es el que no puedo tener cuando, muy seguramente, es mi cobardía tomando posesión de mi vida y mis decisiones.

Por un lado, estoy segura de que sí quiero querer otra vez y por otro, temo profundamente exponerme a otro desastre emocional.

Le agradezco a Dios por todas las cosas buenas que ha puesto en mi camino, por las lecciones aprendidas y por la gente que me ayuda sistemáticamente a levantarme. Pero también pido perdón por ser una tonta, por seguir sufriendo y por seguir ahogándome en preguntas que nunca tendrán respuesta.

De verdad quiero estar mejor, sólo que cuando se cae y se recae en el foso, los ojos se acostumbran a la oscuridad y salir de él se vuelve una tarea mucho más larga y ardua de lo que se pensaba. Y él es mi foso.


6 de noviembre de 2010

Danza Kuduro

Esto es lo que puede suceder cuando juntas a un grupo de personas con extraño sentido del humor, poco sentido del ridículo, una cámara y la "Danza Kuduro" de Don Omar.



Créditos:

Gustavo "Gusilú" Corredor................ Don Gus
Jean Mary............................................ Modelo Morrocoy 1
Laura Salgado...................................... Modelo Morrocoy 2
Isaac Mijares........................................ Camarógrafo
Gustavo "Gusilú" Corredor................ Edición y efectos "espaciales"

Agradecimiento especial a Don Omar y Lucenzo por crear esta hermosa pieza que nos inspira y nos llena de felicidad cada día.

2 de noviembre de 2010

Bits and pieces of joy

Hace poco escribí el primer volúmen de las cosas que odio. Hoy, sin embargo, estoy gozando de un extraño buen humor que -y creo que esto es lo que lo hace más valioso para mí- no es consecuencia de nada ni nadie -¡Yay!- en particular.

Después de pensarlo muchas veces, decidí que este es mi blog y, así como me regodeo en mi miseria, puedo regodearme en mi paz y mis cosas buenas si quiero.

So, here it goes:

Hoy decidí que "dejarse llevar" no es tan efectivo cuando te obligas a hacerlo, sino cuando lo haces sin darte cuenta.

Hoy me reí hasta que me dolió la barriga.

Hoy me di cuenta de que la alergia malsana que me dejaron estos últimos meses de preocupaciones y tristezas, poco a poco se me está quitando.

Hoy me hallé en paz sentada en una plaza escribiendo en un cuaderno un montón de ideas que tengo para varios proyectos.

Hoy salté mientras caminaba y no me importó que la gente me viera.

Hoy disfruté haciendo el ridículo y burlándome de mí misma.

Hoy acepté que, sin proponérmelo, puedo ser una persona encantadora.

Hoy entendí que todo en la vida es cuestión de timing. Sólo tengo que ser paciente y seguir mi camino hasta llegar al punto indicado.

Hoy me propuse que cada vez que quiera decirle algo, lo voy a escribir con toda la furia y pasión del momento, lo guardaré y lo dejaré allí.

Hoy me sorprendió comprobar que si me atrevo a expresar lo que en verdad quiero, puedo tenerlo.

Hoy no siento miedo del futuro.

Hoy me permití verme desde otra perspectiva y me gustó lo que vi.

Hoy me dije a mí misma que si creo que esta persona tiene lo que quiero, no me voy a apresurar en comprobarlo. Esperaré el perfect setting.

Hoy logré mantener fuera de mi cabeza cualquier pensamiento que tuviera la palabra "no" en él.

Hoy me negué a siquiera contemplar el fracaso.

Hoy empecé a vislumbrar mejor las oportunidades que los obstáculos.

Hoy sonreí y no sentí que me engañaba a mí misma.

1 de noviembre de 2010