16 de febrero de 2011

Sonidos orgásmicos

Ya, ya... Sé que algunos de ustedes habrán abierto este post movidos por el morbo que les causó el título y, si es así, espero cumplir un poco con sus expectativas (pero no por completo, porque este no es un escrito de sexo)

El orgasmo, según la RAE se define como: "culminación del placer sexual." Para mí, la clave de todo esto está en la palabra "placer".

Todos -hayamos tenido sexo o no- podemos reconocer el distintivo gemido de un orgasmo, la prueba sonora de que se disfruta de un gran placer o de una sensación muy intensa. Pero, observando detenidamente la vida diaria, llegué a la conclusión de que los sonidos orgásmicos son infinitamente más frecuentes que las relaciones sexuales.

Para demostrarlo, hice una pequeña lista de todas las veces en las que las personas proferimos gemidos orgásmicos por situaciones cotidianas. Aquí se las dejo.

Hacemos sonidos orgásmicos cuando:

... aguantamos las ganas de hacer pipí mucho tiempo y llegamos al baño a vaciar la vejiga.
... comemos algo de lo que hemos estado antojados por varios días.
... salimos de un sitio que estaba muy frío a uno más cálido.
... después de un día agotador, por fin nos acostamos en la cama.
... nos dan un masaje.
... nos suenan los dedos (después de haber gritado de dolor, esta es otra coincidencia)
... un amigo que tenemos tiempo sin ver nos abraza muy fuerte.
... después de un largo día de trabajo, nos tomamos la anhelada cerveza fría post-oficina.
... nos quitamos los zapatos después de haber bailado toda la noche.
... encontramos el celular, las llaves del carro o la cartera después de haber creído que nos habían robado.
... nos golpeamos en el codo con la esquina de una mesa y se nos duerme el brazo un rato (esta situación no es necesariamente placentera, pero suena como si lo fuera)
... vemos la escena final de Inglourious Basterds (... oh wait, that's just me! Oops!)
... después de soltar todo lo que teníamos en las manos, por fin podemos rascarnos la nariz.
... llegamos al agua después de haber corrido descalzos por la arena caliente.
... nos damos una ducha caliente en una noche fría.

Se me ocurrieron otras, pero decidí resumir la lista a las menos rebuscadas.

Mi recomendación posterior a esta investigación: cuando sientas placer, no te muerdas los labios, deja el gemido salir y disfruta el momento. La vida te da estos pequeños placeres a diario para que los tomes tal cual vengan.