Cómo vamos a enamorarnos si no levantamos la mirada del teléfono.
Si nos hemos visto más las letras que los ojos.
Si no podemos recrear el sonido de nuestras voces.
Si no nos atrevemos a darnos sobrenombres.
Cómo vamos a enamorarnos si nuestra zona de comodidad está cercada por un alambre de púas.
Si no podemos articular un “te extraño”.
Si pasamos el tiempo solos.
Si planeamos futuros distantes.
Cómo vamos a enamorarnos si no nos conocemos los lunares.
Si nos gustamos más de traje que recién levantados.
Si los domingos son días corrientes.
Si la ducha tiene solo una plaza.
Cómo vamos a enamorarnos si estamos tan lejos.
Si no sentimos la distancia porque nunca fuimos cercanos.
Si nuestros viajes no incluyen acompañante.
Si no nos tomamos de manos.
Cómo vamos a enamorarnos si no queremos lo mismo.
Si no compartimos desagrado por las aceitunas.
Si no nos acompañamos para bailar.
Si uno vive en un desierto y el otro va en busca del mar.